Me
despierto, y me doy cuenta de que todo lo que tenía, o creía tener ya no está,
que me he concentrado en otras cosas dejando de banda los pequeños detalles,
que, al final, son los que realmente importan, los que marcan las grandes
diferencias, los que dejan rastro en ti, los que debería haber valorado más. Me
doy cuenta de que todo ha desaparecido, que ya no soy nada en este mundo, solo
otro insignificante punto más. Me doy cuenta de que todos los que me importaban
se han ido, ya no volverán, porque no los supe apreciar, y ahora estoy solo, y
así es como voy a estar siempre. Me doy cuenta de que no he sabido aprovechar
los momentos, pensando en que volverían a pasar, pero no, no se han repetido, y
he perdido momentos inigualables, únicos. Me doy cuenta de que he perdido todo
este tiempo de mi vida, todos estos años viviendo, pero sin vivir de verdad,
viviendo una vida que no merecía la pena vivir, una vida sin valorar las
verdaderas cosas. En este mismo momento, me doy cuenta de que he perdido el Sol
buscando estrellas.

No hay comentarios:
Publicar un comentario