domingo, 2 de septiembre de 2012

Llorar no es tan malo.


Hay momentos en los que lo único que quieres hacer es estar sola, en aquel lugar que tanto te gusta, y derramar todas y cada una de tus lágrimas llenas de sentimientos. Sentimientos de dolor, de decepción, de tristeza y de rabia. En esos momentos solo necesitas gritar y llorar, para liberarlo todo. No quieres ver a nadie conocido, y menos que te pregunten qué te pasa, cuando saben perfectamente que les responderás con un “nada”. Un “nada” que es más que todo lo que se dice. Solo lo hacen para ver si, por casualidad de la vida, ese día se te ocurre explicarles algo, para después contárselo a medio mundo.

En esos momentos no te aguantes las lágrimas, suéltalas, mejor desahogarse, soltar esos sentimientos. Te sentirás mejor. No hagas caso a aquellos que te digan que no llores, son unos hipócritas, cuando ellos lloran no quieren parar, pero quieren que tú dejes de llorar. No te guardes las lágrimas.

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