Una persona
a la que le gusta escribir puede ser la persona más feliz con un trozo de papel
y un lápiz. Solo dos cosas, nada más. Solo necesita eso y dejar llevar su
mente, proyectar todo lo que tiene en la mente en una simple hoja de papel. Y después
a lo mejor ese papel acaba olvidado en esa mesa de escritorio, por el suelo de esa habitación, en el
bolsillo del pantalón o quizá en la basura por una confusión. Pero eso es lo
que menos importa, lo que importa de verdad es hacer lo que uno quiere, dejar
volar como pájaros las letras sobre el papel.
Solo dos
cosas necesita esa persona para ser feliz, ¿cuántas necesitas tú?
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