Vete y dime que me odias. Total, uno más. Ya no importa
nada. Huye en mis malos momentos, como todos los otros han hecho. Asustado de mí en mis peores momentos.
Vete, no es necesario que te despidas, ya estoy acostumbrada. Suéltame un ‘te quiero,
pero…’ como todo el mundo. Tranquilo, no me pasará nada, peor no puedo estar.
Dime que me has querido mucho y que he sido muy importante. Esto ya es mi día a
día. Perder a gente cada dos por tres y la masoca de mí se sigue encariñando de
la gente que le presta algo de atención. de la que me encariño rápido.
Decepción más, decepción menos. Qué más dará.
No hay comentarios:
Publicar un comentario