El frío le calaba los huesos. Igual que el invierno empezaba a hacerse un hueco entre los restos del otoño sueltos por la ciudad. Frío. Invierno. Soledad. Tristeza. Gris. Ese frío, esa tristeza que inspiraba el cielo gris, esas parejitas que se abrazaban para combatir el frío la hacían sentirse más sola. Se sentía sola. Y fría. El calor la había abandonado hacía tiempo. Igual que la felicidad.
Tus entradas me matan, en serio, tu blog está genial y con muy poco dices mucho y moriría por escribir así.
ResponderEliminarBesoos
Muchas gracias, aunque no escribo bien ni de lejos. Besos para ti.
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