¿Vas a dejar que sigan dominándote?

Oyes voces. Pero ya estás acostumbrada. Ya no te sorprende oírlas. Ya son parte de tu vida. Las oyes. Día sí y día también. Da igual que estés bien un día: esas voces siempre están ahí para joderte. Si tienes miedo ellas están ahí para asustarte más. Si sientes soledad ellas están ahí para recordarte que estás sola, más aún de lo que crees. Si crees que ya no puedes más ellas están ahí para decirte que no tienes fuerza, que esto es una mierda, que no merece la pena seguir. Si quieres acabar con todo ellas están ahí para darte fuerzas para acabar con todas las mierdas. Esas voces ya forman parte de tu vida. Y están ahí para quedarse. Nunca van a irse. Porque esas voces son tú. Y solo tú puedes hacer que callen. O que sigan hablando. Solo tú puedes seguir dándoles vida o matarlas. ¿Qué decidirás?