Las lágrimas resbalan por tus finas mejillas cual gotas de
lluvia en el cristal de tu coche cuando llueve. Mejillas que antes estaban
llenas de besos. Caricias cálidas en mejillas frías. Sonrisas felices en caras
tristes. Pupilas llenas de vida en ojos vacíos. Besos-te-quiero en
frentes-te-olvido. Lágrimas-te-echo-de-menos en mentes-no-te-recuerdo.
Las lágrimas siguen cayendo. Bailando. Haciendo carreras. A
ver cuál es la primera en llegar a esos labios demasiado usados. A ver cuál
llega a llenar esos labios de nostalgia. Y, cuando llega una, empiezan a llegar
las demás a felicitarla por lo logrado. Se unen al festín de tristeza. Fiesta
de la tristeza en esos labios que echan de menos a otros. Qué irónico. Como tú.
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