Silencio. Eso es lo que queda. El silencio llenó esas cuatro paredes, vaciando todas las risas, besos y 'te quiero' que habían oído. Nada. Te fuiste. Viniste de pasada. Como la brisa pasa por la playa. E, igual que ella se lleva arena consigo, tú te llevaste una parte de mí. Quizá demasiado. Ya no sé quién soy. Te llevaste gran parte de mí. Y dejaste las sobras. Lo peor de mí. Y dejaste este desastre formado.
¿Qué se supone que tengo que hacer yo ahora? No lo sé. Solo sé que te sigo queriendo cuando te debería odiar. Y que te sigo odiando cuando te debería querer. Y me siento perdida. Ya no sé ni lo que digo. Déjame ahogarme tranquila, por favor. Te odio por haber seguido hablándome como si nada hubiera pasado e intentar hacerme feliz. Te quiero por haberme dejado. Yo qué sé. Adiós.
No hay comentarios:
Publicar un comentario