sábado, 28 de diciembre de 2013

Querida (no tan querida).


Hola. ¿Cómo estás? ¿Cuánto tiempo, eh? Ya tardabas en venir, querida (no tan querida) Soledad. Nadie te ha echado de menos. Podrías haberte quedado donde estabas. Aquí estábamos bien sin ti.  Pero has venido a ocupar el lugar de todos esos que me han dejado. Pero a ti no te quiero. Los necesito a ellos. Vete. No vuelvas nunca más. Aquí nadie te necesita (o quizá sí pero no quieren que vengas). Huye. Hazme caso de una vez y déjame.

1 comentario:

  1. Andreaaaa *-*
    me ha encantado el texto, de verdad, yo muchas veces recibo a la soledad, ya es costumbre, pero la odio. Si al menos me sirviera para escribir tan bien como tú, hasta me gustaría más.
    Un beso :)

    ResponderEliminar