viernes, 7 de marzo de 2014

Bailando entre 'adiós' y 'hasta pronto'.

Solía decir ‘hasta pronto’ cuando sabía perfectamente que eso era un clarísimo ‘adiós’. Maldita manía la mía.

Gritar un ‘hasta pronto’
con una sonrisa en la cara
No es ni por asomo,
gritar un ‘adiós’
con lágrimas en la garganta.
Porque me llora la boca
de pronunciar tal cosa,
como si fuéramos fuego
de diferentes inviernos.


Supongo que soy cobarde por no afrontar las despedidas. Esa terrible sensación de saber que no vas a volver a alguien nunca más es un vacío que te oprime el pecho, te quema como el fuego, te mata por dentro.

1 comentario:

  1. Si me permites, yo te aconsejo el adiós de golpe y el cual tragas (como los pavos) nada más decirle. Como los chupitos. Te hacen efecto pero ni te das cuenta, porque tú eres tu mundo, y los hasta pronto son más bonitas si sonríes desde dentro.
    Que me ha gustado, jo.

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