domingo, 17 de mayo de 2015

Pétalos de desprecio.

Mis pestañas son estrellas en las galaxias inexistentes de mis mejillas.
Me desnudo de alma frente a cualquiera que muestre un poco de interés y nada de cerebro.
Luego me quejo del daño.
Beso todas mis heridas porque sé que nadie va a hacerlo –aunque prometan que sí, que siempre, que toda la vida-.
Rompo todos mis esquemas para ver si puedo clavarme más cristales en los pies.
Sangro sobre el lienzo en el que un día me dibujaste
bonita,
bella,
hermosa
y todas esas mentiras que una acaba creyéndose.
A veces recuerdo tu número y lo memorizo hasta olvidarlo.
Hasta reolvidarlo.
Luego rebobino hasta llegar al principio de nada, cuando no recordaba que recordaba tu número.
Ya solo te miro con los mismos ojos que aquel al que le han dado el caramelo y se lo han arrebatado estando a milímetros de su lengua.
Ahora soy yo la que tiene el caramelo y no voy a soltarlo más que para tirárselo a todos aquellos que me avisaron, que están esperando con ansias soltar ese telodije.
Ojalá el mundo les ahorque con sus propios quiénavisanoestraidor.
Ojalá que sea pronto.
Ojalá que.
¿Ojalá qué?

4 comentarios:

  1. Me encanta, de verdad.
    Buenos días.

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  2. Me encanta.
    Ojalá el mundo les ahorque con sus propios quiénavisanoestraidor :)
    Un beso!!

    bonjoursamy.blogspot.com

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    Respuestas
    1. ¡Gracias y besos! Todos querríamos ahogar a los listillos de turno, la verdad.

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