-
Prefiero acabar con esto ahora que cuando te encapriches de otra y me
dejes tirada. Nunca debería haberte besado, soy tonta… No, no me mires así, tú
no lo entenderías, no sabes lo mal que lo he pasado cuando me han dejado por
otra, será mejor así. Así, cuando encuentres a alguien mejor no tendrás que
inventarte ninguna excusa para dejarme. Eres libre, puedes irte, nada te ata o
te atará a mí nunca.
-
No, me niego a acabar con esto ahora o cuando sea. Que eso de salir
con cualquier chica ya es mi pasado y está olvidado.
-
¿Y cómo sé yo que es pasado? No
quiero enamorarme más y luego pasarlo peor que dejándote ahora. Es lo mejor – intenté
convencerlo con las lágrimas naciendo en mis ojos. – No quiero cambiarte,
tampoco. Sigue siendo como eres, disfruta de tu vida como tú quieras, yo viviré
la mía a mi manera, al margen de la tuya.
-
¿Qué puedo hacer para que no te vayas?
Haré lo que sea, de verdad.
-
No puedes hacer nada – y estuve a punto de soltar la típica frase ‘no
es por ti, es por mí’ pero pensé que era mejor dejarlo así.
-
No te vayas, no te dejaré salir hasta que me prometas que vamos a
salir juntos.
-
¿No entiendes que no puedo prometértelo? ¿Y por qué tendría que salir
contigo? Que sí, que te quiero pero
¿cómo sé que has cambiado?
-
Creí que nunca llegaría a este punto, que era aquel chico que nunca se
enamoraba, que iba de tía en tía por la vida pero parece que no. Estoy enamorado
– me dijo mientras me sujetaba la cara para mirarme fijamente a los ojos. –
Estoy enamorado de ti. Eres la primera y la única. No quiero decírselo a otros
ojos, no quiero decírselo a otros labios, no quiero decírselo a otra.
-
Y ahora es cuando me lanzo a tus brazos tan feliz e ingenua, ¿no? –
intenté levantarme de la acera, dispuesta a irme, pero no me dejó.
-
Es la primera a la que le digo que estoy enamorado, creí que solo me
había encariñado de ti pero no fue así. En cuanto te vi entrar en la clase con
esa sonrisa tan tuya y esos ojos marrón CocaCola
sentí algo. Ahora me dirás que eso se lo digo a todas bla, bla, bla. No pienso presionarte, no pienso obligarte, solo
quiero que sepas eso. ¿Por qué no salir si los dos nos queremos? Si no quieres salir conmigo lo tendré que
aceptar… - dejó ir la mano con la que me tenía cogida para que pudiera irme y
así hice.
No hay comentarios:
Publicar un comentario