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Pero ¿tú dónde te has metido?
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Estoy en mi habitación, mamá –me giré hacia él y le dije, susurrando:
Va, escóndete debajo de la cama o en algún sitio, que no te vea mi madre.
Rápidamente
se escondió y yo me metí en la cama, tapada hasta arriba.
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¿Por qué te has vuelto a meter en la cama? Va, a fuera, que tienes
muchas cosas que hacer.
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Sí, sí, ahora me visto y vuelvo a bajar.
Ya había
bajado antes a desayunar y cuando subí a mi habitación para vestirme me lo
encontré ahí tumbado, esperándome.
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¿Qué haces aquí? – le pregunté muy sorprendida, dado que no lo había
visto entrar por la puerta.
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Quería darte una sorpresa… -me respondió mientras hacía cara de
cachorrito abandonado.
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¿Cómo has entrado?
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Si vas dejando las puertas del balcón abiertas…
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