Me asomé a la ventana y suspiré al ver como marchaba aquello
por lo que tanto había luchado esos últimos meses de mi vida. Con su aire de
superioridad que detrás escondía una persona totalmente diferente, sensible,
cariñoso, atento… Pero toda esa persona se había esfumado y solo quedaba el
chulo creído que todo el mundo odiaba pero a la vez envidiaba y respetaba.
“Adiós”, susurré empañando el cristal viéndolo subirse a la
moto en la que tantas veces me había llevado. “Espero que esto no sea un adiós
de verdad, solo un hasta pronto”, pensaba mientras se alejaba a toda prisa.
Cogí un jersey del armario y salí de casa con el iPod en las
manos. Me puse los auriculares y empecé a andar hacia un lugar demasiado… no sé
cómo expresarlo, simplemente era El lugar. Empecé andando y acabé corriendo,
supongo que necesitaba ir allí para darlo todo por acabado como él quería.
Llegué sin aliento y perdí el equilibrio. Me eché a llorar derrumbada por todo
lo que podríamos haber sido y no llegamos a ser nunca. “¿POR QUÉ?” grité con
todas mis fuerzas sin esperar respuesta alguna.
-
Quizá tenía que ser así – me respondió una
sombra que me tapaba totalmente.
-
¿Quién eres? – pregunté con un hilo de voz casi
susurrando, un poco asustada por esa extraña e inesperada aparición.
-
No lo sé, eso mismo estoy intentando descubrir:
quién soy, de dónde vengo, a dónde voy, qué hago aquí…
No hay comentarios:
Publicar un comentario