Los días ineternos

Las palabras salen de tu mano solas. Letra-letra-letra-espacio. Líneas se van creando. Puntos y comas van buscando un hueco en el que meterse sin romper las parejas formadas entre palabras. Todo gira y danza. Todos buscan su lugar en ese pequeño trozo de papel arrancado de la libreta de tu asignatura favorita. Algunas palabras quedarán fuera de tu elección. Acabarán con un 'no' representado por líneas violentas encima de esas hermosas letras.

Poco a poco te vas librando del peso que comportan todas esas palabras, frases, párrafos y hojas, te vas sintiendo libre pero, pese a haber vaciado tu hucha de palabras, estas siguen saliendo. Se crean en la pequeña caja mágica de tu cabeza. Mientras todo lo que has escrito empieza a cobrar sentido.

Te sientes libre. Como el pájaro que vuela por el cielo azul. Como el pez que nada por el infinito mar. Como el lobo que corre entre los árboles del bosque. Y luego estás tú.